Israel. El primer ministro Benjamin Netanyahu entra el martes en la fase más crítica de su actual juicio por corrupción, cuando se enfrenta por primera vez al interrogatorio de los fiscales estatales.
Tras 29 audiencias dirigidas por su abogado defensor, Amit Haddad, los fiscales Yehudit Tirosh y Yonatan Tadmor ahora toman la iniciativa.
Al comienzo de la sesión, la jueza Rivka Friedman-Feldman recordó a Netanyahu que “la obligación de decir la verdad sigue vigente hasta el final de su testimonio”.
La audiencia se centró rápidamente en los acuerdos especiales concedidos durante los interrogatorios policiales previos de Netanyahu. El fiscal Tadmor preguntó si las ocho sesiones se coordinaron previamente con la Oficina del Primer Ministro.
Netanyahu confirmó la coordinación, citando las limitaciones de su papel gubernamental: «No fue posible venir a mí por sorpresa», dijo.
Esta fase del juicio se produce dos años después de que los jueces expresaran dudas sobre la acusación de corrupción de la fiscalía en el Caso 4000, incluso recomendando su desistimiento. La fiscalía decidió proceder, argumentando que el contrainterrogatorio de Netanyahu podría revelar nuevas pruebas.
Para la fiscalía, este se considera un momento decisivo, posiblemente su última oportunidad para fundamentar las afirmaciones de que Netanyahu no solo sabía que Shlomo Filber estaba promoviendo favores regulatorios para el gigante de las telecomunicaciones Bezeq, sino que le ordenó hacerlo a cambio de una cobertura mediática positiva en el sitio web de noticias Walla. A diferencia de las respuestas narrativas que dio bajo la supervisión de su defensa, Netanyahu ahora debe responder concisamente a preguntas directas que podrían determinar el resultado de este juicio histórico.
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