Según informó Axios, citando a un funcionario estadounidense, el plan del presidente Donald Trump para poner fin a la guerra entre Ucrania y Rusia otorgaría a los rusos partes del este de Ucrania que no ocupan.
Como parte del acuerdo, Ucrania recibirá una garantía de seguridad de Estados Unidos y Europa contra futuras agresiones rusas, dijo el funcionario.
Si bien Ucrania consideraría el acuerdo como una importante rendición ante Rusia, la Casa Blanca cree que Ucrania probablemente perdería el territorio de todos modos y que el país podría recibir garantías de que Rusia no reanudaría la guerra, informó Axios.
El acuerdo exigiría que Rusia controlara la región de Donbás, a pesar de que Ucrania controla el 14,5% de ese territorio, según Axios.
Una vez bajo control ruso, la zona sería considerada una zona desmilitarizada, y Rusia tendría prohibido tener tropas allí, dijeron las autoridades.
Crimea y el Donbás serían reconocidos como territorio ruso por Estados Unidos y otros países, pero Ucrania no estaría obligada a hacerlo.
Según Axios, en otras dos regiones ucranianas, Jersón y Zaporiyia, las actuales líneas de control se mantendrían congeladas, y Rusia devolvería parte del territorio.
El ejército ucraniano tendría limitaciones en cuanto a tamaño y número de armas de largo alcance, según declaró un funcionario ucraniano.
Turquía y Qatar han participado en la elaboración del plan, según informó Axios, citando a dos fuentes.
“Ahora vamos a esperar. La pelota está en el tejado de Zelenskyy”, dijo el funcionario estadounidense, refiriéndose al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy.
Anteriormente, Zelenskyy se había opuesto públicamente a la idea de que Ucrania intercambiara territorio por una garantía de seguridad. Declaró que “los ucranianos no entregarán su tierra al ocupante”, citando la constitución de Ucrania y rechazando los acuerdos realizados sin la plena participación de Kiev.
Zelenskyy hizo esta declaración en un mensaje en vídeo publicado en las redes sociales el 9 de agosto de 2025.
Al mismo tiempo, el presidente ruso Vladimir Putin ha insistido repetidamente en que cualquier acuerdo de paz para poner fin a la guerra debe implicar la renuncia de Ucrania a los territorios ocupados, incluidas las regiones completas de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhzhia.
Los gobiernos europeos también han reaccionado a la idea de «territorios por seguridad» o «paz por territorio». Por ejemplo, la Comisión Europea instó a Estados Unidos a no aceptar un intercambio territorial «unilateral» durante las negociaciones con Rusia, haciendo hincapié en que cualquier acuerdo debe incluir «las más firmes garantías de seguridad» para Kiev.
Algunos funcionarios europeos están cada vez más abiertos a un acuerdo reformulado, pasando de “territorios por paz” a “seguridad por paz”, enfatizando así que lo que importa no es simplemente intercambiar territorio, sino qué garantías recibe Ucrania a cambio.
Mientras tanto, la opinión pública y el liderazgo ucranianos siguen siendo escépticos o cautelosos: si bien se reconoce que las líneas del frente congeladas o los acuerdos de alto el fuego podrían ser aceptables si están respaldados por sólidas garantías internacionales, muchos en Kiev insisten en que cualquier acuerdo debe hacerse desde una posición de fuerza y no simplemente como una rendición de territorio.
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