El reciente sabotaje al sistema centralizado de semáforos del Distrito Nacional ha puesto en evidencia las graves vulnerabilidades de la red de control de tráfico en la capital dominicana. Este incidente, que afectó el funcionamiento de decenas de intersecciones, expuso el error de haber tercerizado la administración de un sistema tan crítico a una empresa privada, sin contar con las protecciones adecuadas en los puntos de acceso locales de control y comunicación maestra.
El resultado fue un colapso que generó caos vial por varios días y que, según el informe oficial, obligó al Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) a militarizar los nodos de control para recobrar el dominio del sistema. En lugar de que esta gestión hubiese estado bajo el control directo de ingenieros especializados en tráfico y técnicos nacionales, se puso en manos de terceros, lo que terminó comprometiendo la seguridad del sistema.
Lecciones del Sabotaje
- La necesidad de una administración estatal especializada:
El principal error fue delegar la administración del centro de control del sistema de semáforos a una compañía privada, sin contar con la capacidad de supervisión y control total sobre sus operaciones. Un sistema tan sensible como el control del tráfico urbano debe estar gestionado directamente por el Estado, bajo la dirección de profesionales especializados en ingeniería de tráfico. En este caso, la tercerización no solo demostró ser ineficiente, sino que comprometió la seguridad de la ciudad, con consecuencias que pudieron haber sido catastróficas.
- Protección de los puntos de acceso:
El hecho de que ni el centro de control ni los puntos de acceso locales no estuviesen debidamente asegurados pudo permitir a los saboteadores alterar el funcionamiento de los semáforos de manera simultánea, cambiando los tiempos de los controladores. La militarización temporal del centro y estos nodos fue una medida de emergencia, pero lo que realmente se necesita es una protección constante mediante sistemas de seguridad cibernética y física robustos. Los controladores de tráfico deben estar equipados con mecanismos de protección redundantes que eviten accesos no autorizados, tanto a nivel local como remoto.
- La importancia de un equipo capacitado para contingencias:
Una de las principales debilidades que se evidenció fue la falta de personal capacitado en el centro de control para reaccionar ante este tipo de contingencias. Un equipo de técnicos y especialistas debidamente entrenados habría sido capaz de identificar y neutralizar la amenaza antes de que se expandiera por todo el sistema. La lección aquí es clara: no solo necesitamos más control estatal, sino un equipo preparado para enfrentar y gestionar cualquier situación que comprometa la operatividad del sistema.
Prevención de Futuras Amenazas
Para evitar que un sabotaje de esta magnitud vuelva a ocurrir, es fundamental que el sistema de control de tráfico sea fortalecido en tres aspectos clave:
- Administración estatal y personal especializado:
El INTRANT debe asumir la gestión completa del sistema centralizado de semáforos, eliminando la dependencia de empresas privadas para la operación y mantenimiento de un recurso tan estratégico. Contar con ingenieros civiles y técnicos con experiencia en sistemas de control de tráfico —como los que tenemos en República Dominicana— no solo garantizará un mejor manejo, sino también una rápida respuesta ante cualquier amenaza. Joel Gneco, ingeniero civil con maestría en Ingeniería de Transportación, en Movilidad Urbana, Transporte y Territorio, señala que el país cuenta con profesionales nacionales capacitados para asumir el control de estos sistemas con mayor eficiencia y seguridad. Además señala que no hay obligatoriedad en comprar equipos de la misma marca para mantener un sistema operativo en todas sus partes, debido a que estos equipos usan un protocolo de comunicación homologados como el NTCIP (National Transportation Communications ITS Protocol).
- Seguridad de la red y equipos:
El sabotaje fue posible, en parte, por la falta de seguridad en la red de control de tráfico. Se deben implementar protocolos avanzados de ciberseguridad que protejan las comunicaciones entre el centro de control y los nodos locales, asegurando que los controladores no puedan ser manipulados sin autorización. Además, los equipos en las calles, como los controladores multifase, deben contar con sistemas de protección redundantes que impidan el acceso físico o remoto no autorizado.
- Capacitación y contingencias:
Es imperativo que los operadores del sistema de semáforos estén capacitados no solo en la operación diaria del sistema, sino también en la gestión de emergencias y contingencias. Esto incluye protocolos de actuación ante intentos de sabotaje, fallos técnicos masivos o cortes de energía. Tener un equipo preparado garantizará que cualquier anomalía sea detectada y corregida con celeridad.
¿Qué Sigue para el INTRANT?
Si se procede a romper el contrato con la empresa privada acusada de sabotaje, el INTRANT deberá asumir el control total del proyecto de semaforización y centralización que ya lleva un avance significativo. Esto no debe ser visto como un retroceso, sino como una oportunidad para fortalecer el sistema con profesionales nacionales que, con su experiencia, pueden llevar este proyecto a buen puerto.
Como menciona Joel Gneco, con una amplia experiencia en la instalación de sistemas de control por semáforos y la elaboración de planes de movilidad, “República Dominicana cuenta con los conocimientos y recursos necesarios para continuar con la modernización de su red de tráfico, sin necesidad de depender de terceros que no tengan el mismo compromiso con la seguridad y eficiencia que nuestros ingenieros y técnicos locales.”
En conclusión, el sabotaje al sistema de semáforos del Distrito Nacional fue un llamado de atención. La seguridad de las redes de control de tráfico, la capacitación del personal y la administración directa por parte del Estado son fundamentales para evitar que este tipo de eventos se repita. Con las acciones correctas, el INTRANT no solo puede recuperar el control total del sistema, sino convertirlo en un modelo de eficiencia y seguridad para toda la región.
La firmeza con la que la Dirección Ejecutiva del INTRANT, ha abordado esta crisis es un ejemplo claro de que hay voluntad para corregir el rumbo, pero no puede descuidarse ni relajarse. Aplaudimos la decisión de llevar el caso al Ministerio Público, y reiteramos nuestra exhortación para que se apalanquen de los profesionales capacitados y estos den apoyo pericial para asegurar que el sistema de semáforos de la capital dominicana vuelva a operar de manera segura y eficiente.