En la actualidad, es evidente la creciente problemática que surge a raíz de la ocupación desmedida de aceras y calles por parte de negocios que obstaculizan la movilidad de peatones y vehículos. Esta situación no solo afecta la accesibilidad de las personas, sino que también pone en riesgo la seguridad y el orden público en nuestras ciudades.

Resulta imperativo tomar medidas concretas para evitar que estos espacios públicos continúen siendo utilizados con propósitos comerciales, limitando el paso de los ciudadanos y generando congestión en las vías. La prioridad debe ser garantizar la libre circulación de todos los ciudadanos, preservando la funcionalidad y el disfrute de los espacios urbanos para el bienestar común.

Es responsabilidad de las autoridades locales y la sociedad en su conjunto promover una cultura de respeto por el espacio público, fomentando alternativas que permitan el desarrollo de negocios sin afectar la movilidad y la convivencia ciudadana. Es necesario establecer regulaciones claras y eficaces que protejan el derecho de todos los ciudadanos a transitar de manera segura y libre por nuestras calles y aceras.