La publicidad estatal no debe limitarse a promover logros de gobierno ni a llenar espacios mediáticos sin rumbo. En un país como la República Dominicana, con tantos desafíos sociales, viales, ambientales y culturales, es urgente que cada peso invertido en comunicación institucional tenga un propósito claro: educar, orientar y formar ciudadanos más conscientes. La publicidad pública debe convertirse en una herramienta de transformación, que siembre valores de civismo, respeto, prevención y solidaridad en todos los sectores de la sociedad.
Promover una cultura de convivencia armoniosa, respeto al medio ambiente, educación vial, consumo responsable y salud preventiva es más necesario que nunca. La inversión estatal en comunicación debe ser una inversión en ciudadanía. Es hora de pasar de la propaganda al contenido útil, de la imagen al impacto, de la visibilidad al valor social. Una publicidad con propósito es una patria que se construye también desde el mensaje.
Comentarios recientes