Rusia ha estado persiguiendo con drones a civiles que viven cerca de la línea del frente en Ucrania, sacándolos de sus hogares y cazándolos, obligando a miles de personas a huir de áreas enteras en lo que constituye un crimen contra la humanidad, encontró una investigación de la ONU.

El informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania describió a civiles que fueron perseguidos a largas distancias por drones con cámaras montadas y que a veces luego fueron atacados con bombas incendiarias o explosivos mientras buscaban refugio.

«Estos ataques fueron cometidos como parte de una política coordinada para expulsar a los civiles de esos territorios y constituyen un crimen contra la humanidad de traslado forzoso de población», señala el informe de 17 páginas que se presentará ante la Asamblea General de la ONU esta semana.

Sus conclusiones se basaron en entrevistas con 226 personas, entre ellas víctimas, testigos, trabajadores humanitarios y autoridades locales, así como en cientos de vídeos online verificados.

Los ataques descritos en el informe ocurrieron en tres regiones del sur de Ucrania, cerca de la línea del frente y al otro lado del río Dniéper, frente a las fuerzas rusas, durante un período de más de un año.

Rusia niega haber atacado intencionalmente a civiles en Ucrania, aunque sus fuerzas han matado a miles de ellos desde que invadió Ucrania hace tres años y medio. Ucrania también ha atacado infraestructuras civiles en Rusia y en zonas de Ucrania bajo su control, aunque a una escala mucho menor.

Una mujer de Jersón fue perseguida por un dron en agosto de 2024 mientras estacionaba su coche y luego atacada y herida por este mientras buscaba refugio en su garaje, según el informe. Dos drones más llegaron ese mismo día y atacaron su casa, que luego abandonó, añadió.

Los ataques con aviones no tripulados han causado una fuerte disminución de la población en algunas áreas, según el informe, y en algunos lugares solo quedan personas mayores y personas con discapacidades.

«No cabe duda de que estos operadores de drones actúan con intención», declaró a Reuters Erik Mose, presidente de la investigación. «En realidad, persiguen a seres humanos, ya sea en sus jardines, en sus casas o en la calle», añadió.

Algunos de los sobrevivientes entrevistados por investigadores de la ONU dijeron que se sintieron «perseguidos» y Mose afirmó que los perpetradores también habían usado el término en videos de drones publicados en Internet.

Incluso los bomberos, los médicos y otros equipos de primera respuesta se han visto afectados, privando a los ucranianos de servicios de emergencia donde más se necesitan, según el informe.

La investigación de la ONU afirmó en mayo que dichos ataques constituyeron un crimen de lesa humanidad, el de asesinato. Sin embargo, en este informe también concluyó que constituyeron un traslado forzoso y ocurrieron en una zona más amplia que abarca más de 300 km (180 millas).

El informe también documentó que las autoridades rusas han coordinado acciones para deportar o trasladar a civiles de áreas de la región de Zaporizhia bajo su control, en lo que, según el informe, constituye crímenes de guerra.