La marcha convocada para mañana 27 de septiembre, frente al Palacio Nacional, representa una manifestación legítima y necesaria de la sociedad dominicana en un momento crítico. La preocupación por la migración haitiana y sus implicaciones en áreas esenciales como la salud, la educación y la identidad nacional es un tema que ha suscitado debates profundos y emociones intensas. Esta movilización no solo busca visibilizar inquietudes, sino también reclamar acciones concretas que promuevan un manejo adecuado y humano de la situación migratoria, garantizando así el bienestar de todos los ciudadanos.

Es fundamental reconocer que la marcha no es un acto de rechazo hacia el pueblo haitiano, sino una expresión de la necesidad de establecer políticas que protejan los recursos y derechos de los dominicanos. La sobrecarga en los sistemas de salud y educación está afectando la calidad de vida de muchos, y es responsabilidad del gobierno tomar medidas que aseguren que estos servicios se mantengan sostenibles y accesibles para todos los dominicanos. La marcha se convierte en una plataforma para exigir un diálogo constructivo y soluciones que aborden los desafíos actuales sin desatender la dignidad humana.

En un contexto donde la identidad nacional se siente amenazada, es crucial que la ciudadanía se una en un llamado claro y contundente. La movilización de mañana es una oportunidad para que las voces dominicanas se escuchen, reclamando un futuro en el que la convivencia y el respeto mutuo prevalezcan. Al apoyar esta marcha, estamos defendiendo no solo nuestros derechos, sino también la construcción de un país más justo y equilibrado, donde se logre armonizar la diversidad con el desarrollo sostenible.