Escuadrones de las fuerzas de seguridad derribaron las barricadas, vallas metálicas y carpas que se habían instalado como protesta contra la guerra entre Israel y Hamas.
Autoridades de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), informaron la detención de 132 personas durante la mañana del jueves. En el operativo policial que se produjo para desmantelar los campamentos de protesta. Aproximadamente 250 oficiales de la patrulla de caminos de California y fuerzas de jurisdicciones aliadas, fueron desplegadas.
La proporción de los efectivos desplegados, cerca de un agente por cada manifestante en el sitio, resalta la magnitud de la operación. Según los informes de Alec Pereyda, oficial de información pública de la Patrulla de Caminos de California (CHP por sus siglas en inglés), se utilizaron “flash bangs”, dispositivos explosivos no letales, lanzados al aire con el objetivo de captar la atención de la multitud y fomentar su dispersión.
Durante el enfrentamiento, hubo incidentes de violencia menor donde se registró el lanzamiento de extintores de incendios y botellas de agua hacia los policías. A pesar de estos altercados, “no se reportaron heridos entre los oficiales”, afirmó Alejandro Rubio, portavoz de la CHP. Este detalle subraya la tensión subyacente en el ambiente, aunque la rápida respuesta de las fuerzas del orden parece haber mitigado impactos mayores.
La decisión sobre si se presentarán cargos caerá bajo la jurisdicción del Departamento de Policía de UCLA. Este aspecto del proceso aún está pendiente y será determinante para entender las consecuencias legales a las que se enfrentarán los detenidos. La implicación de múltiples cuerpos policiales en el operativo no solo evidencia la seriedad con la que se ha abordado la situación, sino también la complejidad de gestionar manifestaciones en entornos académicos.
Fuentes de la operación destacaron el despliegue táctico y la disciplina mostrada por las fuerzas de seguridad, pese a la hostilidad encontrada. La actuación policial, diseñada para minimizar el riesgo de lesiones y daños mientras se restablecía el orden, será analizada en los informes posteriores a la operación.
La presencia de un campamento de protesta en el campus de UCLA y su subsecuente remoción involucrando un amplio despliegue policial pone de manifiesto las tensiones actuales en el entorno educativo y social. Las causas subyacentes de la protesta, aún no detalladas completamente, así como la respuesta institucional, serán probablemente temas de debate público y académico en las próximas semanas.
La comunidad de UCLA, así como observadores externos, esperan más información sobre los desarrollos futuros relacionados con este evento. La manera en que se resuelvan estos asuntos podría sentar precedentes importantes en cómo se manejan las manifestaciones y protestas en campus universitarios a lo largo de Estados Unidos.
La Policía de Los Ángeles realizó la operación para desmantelar los campamentos de protesta en el campus de la Universidad de California Los Ángeles, donde ciento de manifestantes contra la guerra en Gaza resistieron los primeros intentos.
Durante los operativos para desmantelar barricadas en el campamento de protesta, se produjeron enfrentamientos y arrestos. Elementos de la Patrulla de Carreteras de California (CHP) detuvieron a cientos de manifestantes, mientras que otros continuaron resistiéndose, empleando extintores de incendios contra al menos 250 oficiales que fueron desplegados en el campus.
La policía detuvo a un puñado de personas en el campus, atándoles las muñecas con precintos de plástico. La acción policial se produjo después de que los agentes pasaran horas amenazando con realizar arrestos a través de altavoces si las personas no se dispersaban. Cientos de personas se habían congregado en el campus, tanto dentro de un campamento como fuera de él en señal de apoyo.
La policía derribó metódicamente la barricada de madera contrachapada, cercas metálicas y contenedores de basura del campamento e hizo una abertura hacia docenas de tiendas de campaña de manifestantes. La policía también comenzó a derribar tiendas de campaña.
Los manifestantes sostenían paraguas a modo de escudos mientras se enfrentaban a decenas de agentes. Algunos de los manifestantes advirtieron a sus compañeros que estuvieran preparados con agua en caso de que la policía lanzara gases lacrimógenos u otros irritantes.
Mientras los helicópteros de la policía sobrevolaban, se podía escuchar el sonido de granadas aturdidoras, que producen una luz brillante y un ruido fuerte para desorientar y aturdir a la gente.
NEW: UCLA campus looks like a landfill after pro-Palestine protesters, many of whom are also environmental activists, demolished the campus.
Police are dismantling the fortified camp after an intense night.
Police fired flash-bangs at the protesters last night before… pic.twitter.com/d70wBEmxD6
— Collin Rugg (@CollinRugg) May 2, 2024
Mientras se la policía lleva a cabo el operativo, el presidente de Israel, Isaac Herzog, criticó a las universidades estadounidenses por los disturbios en sus campus por la guerra de Israel en Gaza, diciendo que estas instituciones estaban “contaminadas por el odio y el antisemitismo”.
“Vemos prominentes instituciones académicas, salas de historia, cultura y educación contaminadas por el odio y el antisemitismo alimentados por la arrogancia y la ignorancia… Observamos con horror cómo se celebran y justifican las atrocidades del 7 de octubre contra Israel”, dijo Herzog. en una declaración ofreciendo apoyo a los estudiantes judíos de estas universidades.
Fuente: Infobae
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