Una reciente investigación del portal Armando.info ha sacado a la luz un hecho sorprendente: 232 militares venezolanos, algunos de ellos de los rangos más altos dentro de las Fuerzas Armadas, tienen empresas registradas en Miami. Se trata, en su mayoría, de militares que abandonaron Venezuela y se mudaron a Estados Unidos, llevando consigo grandes sumas de dinero que les han permitido establecer negocios inmobiliarios y disfrutar de una vida acomodada.
Lo que resulta más llamativo es la contradicción entre el discurso antiimperialista que estos militares defendieron durante años, en apoyo al chavismo, y su actual preferencia por vivir en el país que una vez denunciaron como «el imperio». Esta realidad no hace más que subrayar el grado de corrupción que impera en las Fuerzas Armadas venezolanas, donde a estos oficiales se les entregó el control de los principales negocios del país, tanto lícitos como ilícitos. Esto les permitió acumular fortunas que ahora utilizan para construir una nueva vida en el extranjero.
Este fenómeno revela una profunda podredumbre en el sistema militar venezolano, exponiendo la corrupción que se ha infiltrado en todos los niveles de la sociedad venezolana.
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