Los haitianos que deseen ingresar a Estados Unidos de forma ilegal, deberán evitar viajar por mar, ya que serán devueltos a Haití si son interceptados, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a McClatchy y al Miami Herald en una entrevista el jueves.

Mayorkas dijo que haitianos que intentaron el peligroso viaje ya fueron repatriados en las últimas semanas por la Guardia Costera de Estados Unidos, la cual interceptó el 12 de marzo a 65 haitianos cerca de Great Inagua en las Bahamas.

El secretario de Seguridad Nacional también dijo que la administración de Biden no está considerando una renovación o ampliación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para Haití, que ha permitido a ciudadanos haitianos que residen actualmente en Estados Unidos vivir y trabajar en los Estados Unidos, debido a las condiciones inseguras en su país de origen.

“Estamos muy centrados en la situación de Haití”, dijo Mayorkas. “Nuestro mensaje a los haitianos es muy claro: no se hagan a la mar. Hemos visto demasiadas tragedias cuando la gente pone en peligro sus vidas, las vidas de sus seres queridos. Tenemos vías legales, seguras y ordenadas para que las personas que califiquen para recibir ayuda en Estados Unidos lleguen aquí”.

Más de 151,000 haitianos han sido admitidos legalmente en Estados Unidos en virtud de un programa de libertad condicional humanitaria de dos años que la administración de Biden puso en marcha en enero de 2023 para ciudadanos de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela. A medida que se acerca la fecha límite, la administración no ha dicho qué sucederá con el estatus migratorio de estas personas una vez que se agote el plazo.

Activistas y algunos legisladores han estado presionando para que se proteja no solo a los que ya están en el programa, sino también a otros migrantes haitianos que han llegado a Estados Unidos desde que se anunció la última prórroga de 18 meses del TPS. La prórroga y designación actuales se extienden hasta el 3 de agosto.

“No tenemos ningún plan en este momento para volver a designar a Haití para el Estatus de Protección Temporal”, continuó. “Permítanme dejar claro que cuando interceptamos a individuos de Haití en el mar los devolvemos a Haití lo antes posible. De hecho, lo hemos hecho en las últimas semanas y seguiremos haciéndolo. Seguimos haciendo cumplir la ley”.

Haití vive un nivel de violencia sin precedentes, donde Bandas armadas han vandalizado hospitales, farmacias, escuelas y estaciones de policía. El consorcio controla la carretera al principal aeropuerto y al puerto marítimo del país, lo que ha provocado escasez de alimentos y medicinas.

Naciones Unidas afirma que al menos 5.5 millones de haitianos necesitan actualmente asistencia humanitaria, lo que se ha convertido en una tarea cada vez más ardua dados los continuos tiroteos y desórdenes.

“La crisis se extiende mucho más allá de los confines de Puerto Príncipe, afectando a comunidades de todo Haití y dejando a más de 360,000 personas desplazadas en todo el país, muchas de ellas varias veces”, declaró el miércoles la Oficina Internacional para las Migraciones de la ONU. “Para los casi 100,000 desplazados internos que viven en campamentos, las condiciones son deplorables, lo que amplifica la profundidad del sufrimiento. Sus necesidades incluyen acceso a alimentos, atención sanitaria, agua, apoyo psicológico e instalaciones higiénicas”.

Los haitianos siguen siendo deportados de los países de la región a pesar de estas condiciones, según la dependencia.

El mes pasado, más de 13,000 haitianos fueron devueltos a la fuerza por países vecinos y guardacostas, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU. Si bien la abrumadora mayoría de las repatriaciones se produjeron en la República Dominicana, también se deportó a haitianos desde las Islas Turcos y Caicos y las Bahamas.

Algunos fueron interceptados directamente por los países, mientras que otros fueron recogidos por la Guardia Costera estadounidense, que patrulla el estrecho de la Florida, el paso de la Mona entre la República Dominicana y el territorio estadounidense de Puerto Rico, y las aguas de la costa noroeste de Haití.

 

Fuente: El Nuevo Herald, EFE