Los vertederos a cielo abierto tienen un impacto negativo considerable en el medio ambiente y la calidad de vida de las comunidades adyacentes. La emisión de gases de efecto invernadero y los lixiviados, líquidos altamente tóxicos generados por la descomposición de residuos, contaminan el aire y el subsuelo, afectando la salud pública y el entorno natural.
Un vertedero a cielo abierto es una extensa área de terreno donde se depositan los residuos sólidos sin ningún tratamiento previo ni medidas de seguridad, permitiendo la acumulación en masa sin control, lo que lleva a la contaminación del aire, agua y suelo. Actualmente en la República Dominicana, 8 de estos vertederos a cielo abierto han sido cerrados y 23 proyectos de mejora están en curso este año, reflejando un esfuerzo significativo por parte de las autoridades para abordar esta problemática, en un contexto donde se generan más de 13 mil toneladas de residuos al día.
En el marco de una crisis ambiental global, la gestión de residuos sólidos emerge como uno de los desafíos más acuciantes. A través de la Ley General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos No. 225-20, la República Dominicana comenzó un esfuerzo significativo para abordar esta problemática, regulando y mejorando la gestión de los residuos sólidos. Actualmente, el país cuenta con más de 220 vertederos a cielo abierto.
En la República Dominicana, los vertederos de Villa González, Dajabón y Tamboril ya han sido cerrados. San Francisco de Macorís está al 90% de su cierre y Villa Central Barahona al 35%. Los vertederos controlados en operación incluyen Villa Vázquez, Buen Hombre, Puerto Plata, Sosúa, Imbert y La Vega, que son gestionados para minimizar su impacto mientras se preparan para su cierre definitivo.
Los rellenos sanitarios son instalaciones diseñadas para permitir una disposición final más segura de los residuos. A diferencia de los vertederos a cielo abierto, los rellenos sanitarios están equipados con sistemas de impermeabilización como geomembranas y sistemas de drenaje para manejar lixiviados y gases, reduciendo significativamente los impactos ambientales. Dajabón ya está en operación y Baní se encuentra al 95% de su finalización, representando un avance crítico hacia una gestión más responsable de los residuos.
La estación de transferencia en Moca está completamente en operación, mientras que Villa Fundación está completada en un 75%. Estas estaciones son esenciales para el manejo eficiente de residuos, facilitando su transporte hacia instalaciones adecuadas para su procesamiento o disposición final.
En la actualidad se están adjudicando 6 proyectos adicionales que buscan expandir y mejorar la infraestructura existente para el manejo de residuos sólidos, lo que evidencia un compromiso continuo con la mejora de la gestión de residuos en el país.
Es fundamental concientizar a la población dominicana sobre la importancia de gestionar los residuos de manera responsable desde el hogar. La separación de residuos para reciclaje y otras prácticas sostenibles pueden reducir significativamente la cantidad de desechos que terminan en vertederos, disminuyendo así su impacto ambiental.
Además, es crucial que los operadores de los camiones de recolección reciban entrenamiento especializado para la gestión adecuada de los residuos. Este entrenamiento asegura que los residuos pre-clasificados sean recolectados y dispuestos correctamente, evitando que se tiren indiscriminadamente y fomentando una disposición final adecuada y responsable.
La gestión integral de los residuos sólidos es un imperativo tanto ambiental como de salud pública y bienestar social. A través de cierres técnicos de vertederos, el desarrollo de rellenos sanitarios y la educación comunitaria, se busca un futuro más sostenible y saludable. La efectividad de estas iniciativas depende de la acción coordinada entre el gobierno y la ciudadanía, subrayando la importancia de un compromiso compartido para enfrentar esta problemática ambiental.
Por: Arq. Emily Joa