Santo Domingo, 31 de marzo de 2024 – El Domingo de Resurrección marca el fin del asueto de Semana Santa en República Dominicana, un período de reflexión, descanso y diversión que atrajo a millones de personas a destinos turísticos en todo el país. Durante estos días, las grandes urbes como Santo Domingo experimentaron una calma inusual en sus vías, gracias a la reducción de la cantidad de vehículos circulando por las calles. Sin embargo, con el término de la Semana Santa, se espera un retorno masivo de personas a sus ciudades de origen, lo que inevitablemente traerá consigo el regreso de los congestionamientos viales. Este regreso puede ser una oportunidad para reflexionar sobre nuestras prácticas al volante y convertir la prudencia de estos días en un hábito permanente.

Un retorno con responsabilidad:

Las autoridades prevén un alto volumen de tráfico en las carreteras este Domingo de Resurrección, activando los conocidos carreteos para asegurar velocidades prudentes en todo el trayecto. Es fundamental que los conductores asuman un comportamiento responsable al volante para garantizar un retorno seguro. Planificar el viaje con antelación, salir temprano y respetar las normas de tránsito son claves para evitar accidentes y agilizar el flujo vehicular.

La tregua que experimentaron las avenidas del gran Santo Domingo durante la Semana Santa debe servir como un recordatorio de la importancia de una conducción segura y prudente. Es fundamental que aquellos que regresan a la ciudad lo hagan de manera temprana y con cautela, evitando así posibles incidentes en el camino. Pero más allá de este retorno puntual, es necesario que esta prudencia se mantenga en la cotidianidad, convirtiéndose en parte de nuestra cultura vial.

Una mejor cultura vial.

Estos días de reflexión y diversión deberían haber contribuido a reducir la agresividad al volante, a sanar la salud mental y a aliviar el estrés que tantas veces experimentamos detrás de un volante. Este final de Semana Santa debería ser el final de la conducción desaprensiva, ser el punto de partida para una conducción más consciente, para una mejor educación vial y para el respeto a las señales de tránsito. Debemos aspirar a una cultura vial en la que la seguridad y el respeto sean los pilares fundamentales.

Un llamado a las autoridades.

Las autoridades también tienen un papel fundamental en la mejora de la seguridad vial. Es imperativo que se tomen las medidas necesarias para mejorar el tránsito en nuestras ciudades. La educación vial también debe ser una prioridad, con campañas que fomenten la responsabilidad y el respeto al volante. La creación de más corredores de autobuses, que aún están en proyecto, debe acelerarse. Asimismo, es fundamental extender las líneas de trenes metropolitanos, una iniciativa vital para el transporte masivo y la conectividad de nuestras ciudades.

La seguridad vial es responsabilidad de todos

El retorno seguro y tranquilo después de la Semana Santa debe ser el comienzo de una nueva era en la cultura vial de Santo Domingo y todo el país. Este período de descanso y reflexión debe servir como catalizador para una conducción más segura, una mejor educación vial y un mayor respeto por las normas de tránsito. Es responsabilidad de todos nosotros, ciudadanos y autoridades, trabajar juntos para lograr una movilidad urbana más segura y eficiente. ¡Mejoremos nuestra cultura vial y cuidemos de nosotros mismos!

 

Por Joel Gneco Gross