Contiene una serie de minerales que prometen favorecer al organismo.
Puede que no sea la fruta más popular en la mayoría de los países. Sin embargo, el coco posee una serie de elementos que pueden beneficiar al organismo.
Entre estos últimos se encuentran distintos minerales, tales como calcio, magnesio y potasio.Y junto con ello, destaca porque de este se puede obtener el agua de coco.
Pese a que usualmente es confundida con la leche de coco, no son lo mismo.
El agua de coco “es el líquido transparente que se encuentra dentro de los cocos inmaduros (cocos nucifera)”, explica un artículo de MedlinePlus.
“A medida que el coco madura, el agua se reemplaza por pulpa de coco”.
Como es de suponer, es el motivo de por qué es obtenida a partir de cocos inmaduros.
Si bien, los médicos advierten que ciertos grupos de personas deben tener consideraciones especiales antes de consumirla, este bebestible posee numerosos puntos positivos que pueden aportar a la salud.
Qué aporta el agua de coco y qué consideraciones se deben tener
Una investigación disponible en el sitio de la National Library of Medicine de Estados Unidos afirma que es considerablemente eficiente para la hidratación.
“Clínicamente, se puede utilizar como ayuda para la rehidratación oral para reemplazar la pérdida de líquido del tracto gastrointestinal en pacientes que sufren deshidratación grave debido a diarrea”, afirman los autores.
No obstante, también puede hidratar a los individuos que no enfrenten ese padecimiento.
Según explicaron especialistas, es rica en electrolitos y tiene aproximadamente 404 mg de potasio, 17 mg de calcio y 15 mg de magnesio por cada taza de 250 mililitros.
A esto se le suma que en esa misma cantidad ofrece 12 mg de fósforo, mineral que contribuye al fortalecimiento de la estructura ósea.
De la misma manera, aporta 5 mg de vitamina y tiene propiedades antioxidantes.
Sin embargo, los doctores de MedlinePlus afirman que hay ciertos grupos de la población que podrían enfrentar riesgos adversos con su consumo. Más aún, si es en exceso.
Entre estos se encuentran: las mujeres que están pasando por un embarazo o lactancia, los niños, los pacientes con fibrosis quística, las personas con altos niveles de potasio en la sangre, quienes tienen problemas renales y los individuos que se acaban de someterse a una cirugía o están próximos a tenerla.
Asimismo, si se tiene un diagnóstico de hipertensión o diabetes, su ingesta podría afectar la glucosa o la presión de maneras que podrían ser perjudiciales para la salud.
Además de tales puntos, se debe considerar que si es envasada, los componentes agregados podrían variar entre cada producto.
En el caso de las personas que no se encuentran en alguno de los grupos mencionados anteriormente, los especialistas sugieren un máximo de tres tazas por día, según rescató Infobae.
Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un profesional de la salud para evaluar qué alimentos y cantidades se ajustan mejor a tu situación
Fuente: Infobae
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