El Gobierno de España ha elevado a la mujer del presidente Pedro Sanchez, a la categoría de «institución española» en su respuesta diplomática al presidente de Argentina Javier Milei, que el domingo llamó a Begoña Gómez «corrupta» y desde entonces se niega a disculparse.

El ministro José Manuel Albares anunció este martes desde la Moncloa la retirada de la embajadora en Argentina de forma permanente, rebajando la presencia diplomática de España en Buenos Aires al nivel de encargado de negocios. Ello después de que, el domingo, llamara a consultas a María Jesús Alonso y de que, ayer, él mismo se entrevistara con el embajador argentino en España, aunque de forma infructuosa.

«Le acogimos en la base aérea de Torrejón, le dimos garantías de seguridad y la respuesta a la buena fe y a la hospitalidad es un insulto a nuestras instituciones», lamentó el titular de Asuntos Exteriores. «No me siento en ninguna disputa, sino defendiendo las instituciones españolas», aclaró. «Las instituciones son indiscutibles, los gobiernos son indiscutibles, los países son indiscutibles», continuó.

Es más. El Ejecutivo se plantea tomar medidas, aún sin concretar, respecto a la nueva visita que Javier Milei tiene programada para el 21 de junio, cuando vendrá a recoger un premio otorgado por el Instituto Juan de Mariana. Esas medidas podrían ser desde no poner a disposición del presidente argentino un dispositivo de seguridad a no autorizar su entrada en el país. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores no descartaron ni siquiera esto último. «Hay toda una gama de medidas. La gama es muy amplia. Pero nosotros no tenemos ningún deseo ni ningún interés, nosotros no hemos provocado esta escalada», señaló Albares.

La polémica va camino de acabar en la ruptura de las relaciones diplomáticas si sigue por este camino. El Gobierno de España continúa exigiendo una disculpa y el de Argentina no está dispuesto a dársela. «Estamos ante un caso único para este Gobierno y en la historia de las relaciones internacionales. No existen precedentes de un presidente que acuda a la capital de otro país para insultar a sus instituciones, para hacer una injerencia flagrante en asuntos internos. La no injerencia es el principio rector de las relaciones internacionales. Ofrecimos de buena fe todos los recursos y nuestra hospitalidad», insistió el ministro.

Desde el Ejecutivo confieren mucha importancia al hecho de que Milei cargara contra la mujer de Sánchez precisamente desde «la capital de España». En la Moncloa aseguran que, a pesar de que Milei vino en visita privada a un acto de Vox, ellos le dieron todas las facilidades y tratamiento de jefe de Gobierno en la cobertura del viaje. Aun cuando el presidente argentino no mostró ningún interés en entrevistarse con Sánchez. Que es, según Albares, lo primero que cualquier presidente o primer ministro hace cuando viaja a otro país, «encontrarse con su homólogo». «En este caso, ni tuvo ni solicitó encuentro», remachó.

El Gobierno esgrime el precedente de una disputa ocurrida entre el Gobierno de Mariano Rajoy y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Este último llamó a Rajoy en 2016 «racista, basura corrupta y basura colonialista» y los populares acabaron retirando a su embajador. Más adelante, en 2018, España declaró persona non grata al embajador de Venezuela en Madrid y lo instó a dejar el país en un plazo de 72 horas, en una respuesta «proporcional y recíproca» a la misma medida adoptada por las autoridades de Caracas.

Desde el PP denuncian que la política exterior de un país «no se puede decidir conforme a los impulsos de una sola persona». Y denuncian: «Los intereses diplomáticos de España están sometidos a los intereses electorales del PSOE», en alusión al aprovechamiento que, según ellos, Sánchez está haciendo de esta polémica para movilizar al electorado de izquierdas en las elecciones europeas.

Fuente: El debate