Estados Unidos. La administración Trump ha despedido a empleados federales a cargo de la política climática global de Estados Unidos y de la ayuda climática como parte de su reorganización del Departamento de Estado, dijeron a Reuters cuatro fuentes familiarizadas con la notificación.

Los empleados de carrera de la Oficina de Cambio Global, que dependía de la Oficina de Océanos y Asuntos Ambientales y Científicos Internacionales del Departamento de Estado, desempeñaron un papel principal en las negociaciones estadounidenses en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

Los funcionarios de la oficina también representaron a los Estados Unidos ante la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Organización Marítima Internacional (OMI) y sus respectivos sectores de transporte marítimo y aviación comercial.

Los despidos se producen después de que el presidente Donald Trump dijera que retiraría a Estados Unidos del acuerdo climático de París, así como de las negociaciones de la OMI sobre medidas de descarbonización para permitir que la industria naviera mundial alcance emisiones netas cero «alrededor de 2050».

Estados Unidos pertenece a la OACI y había acordado participar en el Plan de compensación y reducción de carbono para la aviación internacional (CORSIA) de la agencia de la ONU y el objetivo de lograr emisiones netas de carbono cero para 2050. Sin embargo, la administración Trump se ha opuesto recientemente a la decisión de la OACI de impulsar el combustible de aviación sostenible.

No está claro si Estados Unidos seguirá participando en estos acuerdos internacionales, ni cómo, ni si se integrarán algunas funciones de la oficina en otras agencias. La administración Trump ha estado reduciendo drásticamente la política climática estadounidense vigente y ha desmantelado la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

El Departamento de Estado no respondió a las solicitudes de comentarios.

También hay cambios en marcha en la Oficina de Recursos Energéticos del Estado, según documentos internos y una fuente separada familiarizada con la situación.

Cuando se inauguró durante la administración del expresidente Barack Obama, la oficina contribuyó a recabar el apoyo de aliados y socios para la imposición de sanciones a las exportaciones petroleras de Irán. En los últimos años, la oficina, que cuenta con unos 80 empleados, se ha centrado en el desarrollo de minerales críticos y alternativas al petróleo y el gas, así como en la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles rusos por parte de los países.

Documentos internos revisados ​​por Reuters dijeron que la Oficina de Recursos Energéticos sería absorbida por la Oficina de Asuntos Económicos y Comerciales «para garantizar un enfoque preciso en la expansión y exportación de la energía estadounidense».

Una fuente familiarizada con la situación dijo que muchos empleados que trabajan en temas distintos a los minerales críticos esperan ser despedidos en los próximos días.