San José de Ocoa, República Dominicana. — En la República Dominicana, donde los accidentes de tránsito siguen siendo una de las principales causas de muerte, el llamado a la prevención cobra una urgencia cada vez mayor. En este contexto, el investigador dominicano Jessiel Castillo Espinal, Licenciado en Bioquímica por Brown University y actualmente estudiante de Medicina en la misma universidad, presenta un análisis claro y contundente sobre la importancia del uso del casco y del cinturón de seguridad como medidas esenciales para salvar vidas.
Castillo Espinal destaca que “en la carretera todo puede cambiar en un segundo” y que la diferencia entre un susto y una tragedia muchas veces depende de decisiones tan simples como ajustar un casco o abrochar un cinturón. Aunque la mayoría de los conductores reconoce su importancia, muchos siguen sin utilizarlos de manera consistente, incluso en trayectos cortos dentro del municipio.
Los datos respaldan esta advertencia. Estudios internacionales demuestran que el uso correcto del casco reduce el riesgo de lesiones graves en la cabeza entre un 60% y un 80%, convirtiéndose en una de las medidas de protección más efectivas, tanto para bicicletas como para pasolas y motocicletas. “Donde más se usan, menos gente muere en las calles. Así de simple”, afirma el autor.
En el caso del cinturón de seguridad, la evidencia es igualmente firme: su uso disminuye las muertes en accidentes de tránsito casi a la mitad, además de reducir significativamente las lesiones en la cara, el abdomen y la columna vertebral. “El cinturón no solo te salva; te mantiene entero”, subraya Castillo Espinal.
En América Latina —y especialmente en la República Dominicana— diversos estudios han demostrado que aumentar la cantidad de personas que utilizan cinturón de seguridad podría reducir las muertes en carretera hasta en un 12%. Asimismo, el uso adecuado del casco por parte de los motoristas, y no simplemente llevarlo en la mano o en la canastica, reduce de manera notable las lesiones cerebrales y los fallecimientos.
El autor también recuerda que el país se mantiene entre las naciones con mayor índice de mortalidad por accidentes de tránsito en el mundo. En provincias como San José de Ocoa, casi todos conocen a alguien que ha sufrido un accidente grave, y en muchos casos, el desenlace pudo haber sido distinto si las medidas básicas de protección hubiesen sido respetadas.
Por ello, Castillo Espinal hace un llamado directo a la ciudadanía:
“Si manejas motor, ponte tu casco —no solo si ves un agente de la DIGESET (Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre). Y si vas en un carro, ponte tu cinturón aunque el viaje sea de un minuto. Los accidentes no eligen distancia ni hora.”
La prevención, insiste, no requiere tecnología avanzada ni grandes inversiones. Solo disciplina, conciencia y voluntad.
“Un casco y un cinturón no son lujos; son pequeñas decisiones que te mantienen vivo. Te protegen en silencio, pero hablan fuerte cuando más los necesitas.”
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