El uso de las redes sociales, especialmente cuando se reciben interacciones sociales positivas, como “me gusta” o comentarios en publicaciones, puede generar una sensación de gratificación o recompensa. Esto puede llevar a la liberación de dopamina en el cerebro, lo que puede generar una sensación de placer o satisfacción.
Estrés, ansiedad, depresión y pánico, son solo algunos de los problemas emocionales que han sufrido los jóvenes a causa de las redes sociales en los últimos años, de acuerdo a un informe emitido por el cirujano general de los Estados Unidos, Vivek Murthy. “Existen amplios indicadores de que las redes sociales tienen un profundo riesgo de daño a la salud mental y al bienestar de niños y adolescentes”, dijo el principal funcionario de salud.
Sin embargo, y pese a sus advertencias, aún se desconoce el verdadero alcance que tendrá en el desarrollo mental de los más pequeños del hogar. “Nuestros hijos se han convertido en participantes desconocidos en un experimento de décadas”, aseveró.
Ante las preocupaciones Murthy, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) se pronunció al respecto. A través de su presidenta, la doctora Sandy Chung, se lamentó que “el mundo digital no haya sido construido teniendo en cuenta el desarrollo mental saludable de los jóvenes”.
Según los datos brindados por Chung, el 95% de adolescentes en Estados Unidos utiliza alguna red social, mientras que el 40% de niños, entre los 8 y 12 años, ya tiene una cuenta registrada en Facebook, Instagram, Twitter, entre otros.
«A pesar de este uso generalizado entre niños y adolescentes, todavía no tenemos suficiente evidencia para determinar si el uso de las redes sociales es lo suficientemente seguro para ellos — especialmente durante la adolescencia, un período particularmente vulnerable de desarrollo cerebral», avisó la titular de la APP.
¿Qué efectos tienen las redes sociales en los adolescentes?
El uso de las redes sociales, especialmente cuando se reciben interacciones sociales positivas, como recibir “me gusta” o comentarios en publicaciones, puede generar una sensación de gratificación o recompensa. Esto puede llevar a la liberación de dopamina en el cerebro, lo que puede generar una sensación de placer o satisfacción.
Con el tiempo, algunas personas pueden volverse dependientes de esa gratificación y buscarla de manera constante en las redes sociales. Su adicción se puede manifestar en pasar mucho tiempo en las plataformas, tener dificultades para controlar el uso de las redes sociales, sentir ansiedad o angustia cuando no se puede acceder a ellas, descuidar otras actividades o relaciones personales debido al uso excesivo, entre otros síntomas.
Por ello, si se trata de adolescentes o niños, el doctor Murthy recomendó a los padres establecer límites en torno al uso de las redes sociales en función de las necesidades de desarrollo de sus hijos.
¿Cómo minimizar el riesgo de las redes sociales en jóvenes?
Para minimizar los riesgos de las redes sociales en niños y adolescentes, se pueden tomar varias medidas importantes:
- Educación: En la casa o escuela, se debe educar a los jóvenes sobre los riesgos asociados con el uso de las redes sociales, como la privacidad, el acoso cibernético y la adicción. Proporciona información sobre cómo proteger su información personal y fomenta el desarrollo de habilidades críticas para evaluar y filtrar contenido en línea.
- Privacidad: Los jóvenes deben entender la importancia de su privacidad incluso en las redes sociales. Para ello, hay que enseñarles a cómo controlar quién puede ver su información personal y cómo manejar las solicitudes de amistad o seguidores.
- Tiempo: Niños y adolescentes deben tener horarios específicos para el uso de dispositivos electrónicos. Asimismo, los apoderados pueden fomentar su participación en otras actividades fuera de línea, como el ejercicio, el arte, los deportes y las interacciones sociales cara a cara.
- Ciberacoso: Háblales sobre el ciberacoso y cómo identificarlo. Además, explícales cómo bloquear o denunciar a los acosadores en las plataformas.
Fuente: La prensa gráfica
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