Dominicanizar la República Dominicana  es una tarea esencial para fortalecer la identidad nacional y revitalizar el orgullo de ser dominicano. Al abrazar nuestras raíces culturales, tradiciones y valores, podemos enriquecer nuestra sociedad y promover la unidad en la diversidad. Recuperar y celebrar lo autóctono nos conecta con nuestra historia y nos proyecta hacia un futuro lleno de esperanza y autenticidad.

La dominicanización no solo nos muestra quiénes somos, sino que también nos impulsa a valorar y proteger nuestra herencia. Al promover la autenticidad y el sentido de pertenencia, estamos cultivando un sentido de comunidad fuerte y vibrante que trasciende fronteras y desafíos. Ser dominicano va más allá de la geografía; es un estado de ánimo arraigado en la riqueza de nuestras raíces y la promesa de un mañana mejor.