Los símbolos patrios no son simple protocolo: son la esencia viva de nuestra identidad, el reflejo de nuestra historia y el compromiso con nuestro futuro. La Ley 210-19 fue creada para garantizar el respeto, uso correcto, preservación y conservación del Escudo, la Bandera y el Himno Nacional dominicanos, pilares que nos representan dentro y fuera del país. Sin embargo, se ha vuelto frecuente ver banderas raídas en instituciones públicas, escudos mal representados y, como ocurrió recientemente, una alteración inaceptable del Himno Nacional. Estos actos no son errores inocentes, son faltas graves que vulneran el alma misma de la nación.
La ley es clara y debe aplicarse con firmeza. El artículo 39 de la Ley 210-19 contempla sanciones ante estos ultrajes, y el artículo 20 establece que los responsables —ya sean autoridades de instituciones públicas, privadas o ciudadanos comunes— deben rendir cuentas. No puede haber excepciones ni privilegios. La defensa de nuestros símbolos patrios debe ser una causa nacional, por encima de colores partidarios o rangos jerárquicos. Respetarlos es respetarnos.
Hoy más que nunca, cuando el ruido y el olvido amenazan nuestras raíces, se hace urgente una cruzada nacional de educación, conciencia y cumplimiento riguroso de la ley. Exhortamos a las autoridades competentes, a los ciudadanos, a la prensa y a toda la sociedad a ser vigilantes activos de lo que nos representa. Porque quien deshonra los símbolos de la patria, deshonra a la patria misma.
Comentarios recientes