El cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS), conocido popularmente como «el cometa del siglo», fue avistado por primera vez el 9 de enero de 2023 desde el Observatorio Tsuchinshan en China y posteriormente confirmado por el sistema de vigilancia ATLAS en Sudáfrica el 22 de febrero. A finales de este mes, se espera que sea visible sin necesidad de telescopios, con una coma (nube de gas y polvo) que podría brillar tanto como las estrellas más intensas del cielo. Sin embargo, para verlo, habrá que madrugar y buscarlo al amanecer.
¿Cuándo y por qué podremos ver el cometa Tsuchinshan-ATLAS?
Predecir el comportamiento de un cometa es complejo, ya que depende de múltiples factores. La sublimación de los hielos en su superficie, impulsada por la radiación solar, debe ser lo suficientemente intensa para proyectar polvo hacia su cola y que ésta sea visible. Es crucial que estas partículas sean del tamaño correcto para reflejar la luz visible.
Aunque en ocasiones la sublimación es tan intensa que el cometa se fragmenta, el experto Zdenek Sekanina ya había anticipado esa posibilidad en un artículo reciente. A pesar de estas predicciones, el cometa Tsuchinshan-ATLAS parece estar en condiciones de resistir su paso cerca del Sol (perihelio), lo que permitirá observarlo tras ese encuentro.
Polvo y geometría especial
El abundante contenido de polvo que arrastra el cometa, junto con su ubicación en el cielo al amanecer, contribuirá a que su núcleo brille casi como las estrellas más luminosas. Sin embargo, su baja altura en el cielo durante el amanecer hará que no sea fácil de observar.
Un fenómeno físico llamado «dispersión hacia adelante» podría incrementar su brillo, haciendo que las partículas de polvo reflejen más luz solar hacia el observador. Este fenómeno es responsable de los repentinos estallidos de luminosidad en algunos cometas, y podría hacer que Tsuchinshan-ATLAS sea visible a simple vista en los próximos días. Si la luz del alba lo dificulta, se recomienda usar prismáticos para intentar localizarlo entre las estrellas Régulo y Denébola, en la constelación de Leo.
Un espectáculo celeste en octubre
Aunque el cometa no será visible durante el verano debido a su proximidad angular al Sol, a finales de septiembre se espera que resurja en el cielo, apenas media hora antes del amanecer tras su paso por el perihelio el 28 de septiembre. Esta reaparición será más favorable para los observadores del hemisferio sur, aunque también podrá intentarse su observación desde zonas elevadas y despejadas en países como España, Portugal y México.
Según Sky & Telescope, en esos días la Luna gibosa menguante facilitará la observación. El uso de prismáticos de 7×50 o 10×50 aumentos es recomendable para localizar el cometa, que aparecerá como una estrella difusa cerca del horizonte, similar a un cúmulo globular.
Última oportunidad en octubre
A principios de octubre, el cometa volverá a ocultarse en el crepúsculo, pero hacia mediados del mes comenzará a alejarse del Sol, permitiendo su observación al atardecer en dirección oeste.
Será la última oportunidad para observarlo a simple vista o con prismáticos antes de que se aleje definitivamente. Sin embargo, los astrónomos aficionados y astrofotógrafos aún podrán seguirlo con telescopios.
Se recomienda buscar lugares altos, con una vista despejada hacia el oeste y alejados de la contaminación lumínica. Este será uno de los últimos grandes espectáculos celestes que nos ofrecerá Tsuchinshan-ATLAS antes de desaparecer en su travesía.
Los cometas, como Tsuchinshan-ATLAS, son astros impredecibles y sus órbitas no siempre permiten una observación clara desde la Tierra. Sin embargo, cada vez que nos brindan la oportunidad de contemplarlos, nos recuerdan la inmensidad del cosmos y su belleza.
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