El gigante minorista francés Carrefour ha cerrado operaciones en Jordania, Omán, Kuwait y Bahréin durante los últimos diez meses, tras la creciente reacción por sus presuntos vínculos comerciales con empresas israelíes en localidades judías en Cisjordania, según un informe de RFI.

Los cierres marcan una victoria simbólica para los activistas pro palestinos y el movimiento BDS, que ha instado a boicotear Carrefour desde que comenzó la guerra en Gaza.

La campaña acusa a Carrefour de asociarse con la israelí Electra Consumer Products y su filial Yénot Bitan, que operan tiendas en asentamientos, así como de proporcionar paquetes de ayuda a los soldados israelíes durante el conflicto.

El director general de Carrefour, Alexandre Bompard, ha negado las acusaciones, insistiendo en la “estricta neutralidad” de la empresa y subrayando que no hay tiendas ni productos Carrefour presentes en localidades de Cisjordania.

La retirada ha abierto la puerta al competidor regional HyperMax, gestionado por el grupo emiratí Majid Al Futtaim (MAF), socio de franquicia de Carrefour desde hace mucho tiempo en Oriente Medio, que ahora busca distanciarse de la marca francesa y adaptar sus operaciones a los mercados locales.

A pesar de este cambio, MAF ha reconocido una caída del 10% en los ingresos en 2024, citando las tensiones geopolíticas y una caída en la confianza de los consumidores en toda la región.