Por Freddy Roa,
Asesor de campaña política y electoral.
Durante la campaña electoral del año 2012, en compañía del eminente neuropsiquiatra dominicano el Dr. Ricardo Espaillat, conocí en su residencia de Connecticut EEUU, al próspero empresario mocano Carlos Gómez, hoy senador de la república en representación de la provincia Espaillat
Hasta ese momento no había conocido a un político que fuera al mismo tiempo, inmensamente rico e increíblemente humilde.
Posteriormente mientras cumplía una misión política en la provincia Espaillat, visité la fundación que lleva su nombre y conocí a su madre quien la presidía, una señora de formación cristiana con una profunda vocación de servicios a los más necesitados.
Jamás he vuelto a compartir con Carlos Gómez ni con su querida madre. Hago pública esta anécdota testimonial, porque en la República Dominicana, las personas que triunfan trabajando con honestidad, si incursionan en el sector público, se convierten en políticos muy peligrosos.
El liderazgo político nacional, con honrosas excepciones, acusa niveles de adscripción a grupos económicos corporativos realmente lamentable.
Finalmente, creo que el senador Carlos Gómez tiene todo el derecho de perseguir sus sueños, sin ignorar que aunque la bachata dice que la envidia no mata pero mortifica, fue por envidia que Caín mató a su hermano Abel, según narra la leyenda bíblica.
Que Dios bendiga a la República dominicana: