La visión del expresidente Dr. Joaquín Balaguer en materia de urbanismo y preservación ecológica marcó un antes y un después en la planificación territorial del Gran Santo Domingo. Su decisión de destinar grandes extensiones de terreno para la creación de espacios verdes y parques urbanos no fue solo una apuesta estética, sino una política de salud, medio ambiente y bienestar social. Obras como el Parque Mirador Sur, el Mirador Norte, el Jardín Botánico Nacional, el Zoológico y el Parque del Este, son hoy testimonio de una visión de Estado que pensó en las presentes y futuras generaciones.

Estos espacios no solo han servido como refugio para la biodiversidad urbana y barreras naturales ante el avance indiscriminado del cemento, sino que también han sido escuelas abiertas para miles de niños, puntos de encuentro ciudadano y pulmones vitales para la capital dominicana. Balaguer entendió, con sabiduría adelantada a su tiempo, que el desarrollo de una ciudad no solo se mide por la infraestructura vial o los rascacielos, sino por la calidad de vida de su gente y la armonía con su entorno natural.

Hoy, más que nunca, debemos valorar, proteger y seguir fortaleciendo estos legados. El compromiso de la sociedad dominicana y sus autoridades debe estar alineado con esta visión: conservar los parques como patrimonio nacional y garantizar su accesibilidad, seguridad y sostenibilidad. Es responsabilidad de todos cuidar lo que con tanto acierto nos fue entregado.