La adquisición se concretó con el apoyo de financiamiento de EE.UU.

El presidente de Argentina, Javier Milei, confirmó este martes que su país le compró a Dinamarca 24 aviones de combate F-16 para ampliar la flota de aeronaves de la Fuerza Aérea de su país Argentina.

La adquisición fue oficializada mediante una videoconferencia en la que participaron el presidente Javier Milei, desde Buenos Aires, y el ministro de Defensa, Luis Petri, quien se encuentra en Copenhague.

«Usted está transformando el país, está sacando a Argentina de décadas de decadencia y está llevando las banderas de la libertad a todos los rincones del mundo, esto también se siente en Dinamarca», aseguró Petri al enlazarse con el mandatario.

«Esta tarea que estamos llevando a cabo solo es posible porque estoy acompañado de un gran gabinete, con grandes personas, grandes seres humanos y extremadamente talentosos, un gabinete del cual formas parte», respondió el presidente Milei.

Milei tenía previsto participar de la oficialización de la compra de las aeronaves en Copenhague. Incluso se realizó los chequeos médicos necesarios para copilotar uno de los aviones, pero decidió suspender el viaje debido al ataque de Irán a Israel que se registró durante el fin de semana.

El contrato

Antes del enlace, Luis Petri ya había presumido la importancia de la adquisición de las aeronaves.

«Desde hoy, los argentinos, volvemos a tener fuerzas del cielo que nos protejan. Bajo el liderazgo del presidente y con el apoyo de aliados como Dinamarca y Estados Unidos, Argentina adquiere 24 aviones de combate F-16, marcando un hito en su defensa y fortaleciendo su Fuerza Aérea para preservar la soberanía y la libertad», afirmó en sus redes sociales.

El Gobierno anunció el mes pasado que compraría esta flota como parte de la nueva estrategia de seguridad puesta en marcha por Milei.

De acuerdo con el contrato firmado con las autoridades danesas, las aeronaves serán equipadas militarmente por EE.UU. y llegarán a Argentina entre 2025 y 2028.

Las 24 aeronaves tendrán un costo de 650 millones de dólares, de los cuales el país sudamericano deberá pagar 100 millones en 2024, aunque para ello contará con financiamiento estadounidense.

La medida provocó una polémica, ya que la oposición cuestionó que se eroguen estos recursos para reforzar a las Fuerzas Armadas, aunque el país no padece ningún conflicto bélico, en lugar de destinarlos a enfrentar la grave crisis económica que está acelerando el empobrecimiento de la población.