Washington, 9 Abr – Este martes se llevó a cabo una reunión extraordinaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para abordar la crisis diplomática entre Ecuador y México, luego del asalto, por parte de la policía ecuatoriana, a la Embajada mexicana en Quito la noche del viernes 5 de abril.
La reunión fue convocada a solicitud de Ecuador para debatir sobre las «Normas de las Relaciones Diplomáticas y de Asilo»; esto a raíz de que la irrupción en la sede diplomática fue para detener al exvicepresidente Jorge Glas, que se encontraba refugiado en ese lugar desde diciembre pasado y a quien Quito considera que no le correspondía el asilo diplomático otorgado el mismo viernes por México, por haber sido sentenciado y tener procesos abiertos en el país suramericano.
El primero en intervenir fue el viceministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Alejandro Dávalos, quien dijo que «México ha hecho énfasis en la importancia y respeto que otorga a la institución del asilo; no obstante, su actitud socava y desnaturaliza la figura del asilo diplomático, tergiversando el verdadero espíritu de las convenciones que regulan esta institución, al concederlo a un condenado y prófugo de la Justicia ecuatoriana, promoviendo la impunidad».
Enseguida comenzaron las intervenciones del resto de las delegaciones y, aunque algunas dieron la razón a Ecuador sobre el tema de las excepciones para el otorgamiento del asilo, ese país se quedó solo, pues los miembros de la organización repudiaron el asalto a la Embajada.
Los representantes de Antigua y Barbuda, Bolivia, Brasil, Argentina, Perú, República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Canadá, Guatemala, Honduras, el Vaticano y España, entre otros, manifestaron su preocupación y condenaron la acción de la fuerza pública ecuatoriana en la sede diplomática de México.
Héctor Arce Zaconeta, representante de Bolivia, calificó de «irreflexivo y equivocado» el accionar del Gobierno de Ecuador, que ha ocasionado una «grave situación abiertamente contraria al derecho internacional».
Por Honduras, su representante, Roberto Quesada, se quejó de que Dávalos intentara, durante su propia intervención, convencerlos de que Glas es un «delincuente común», e indicó que ese no es el tema, que lo que importa en lo sucedido es el respeto al derecho internacional.
Indicó que lo ocurrido en la Embajada «es un precedente funesto en el sistema internacional», y recordó que Roberto Canseco, jefe de Cancillería y Asuntos Políticos de México en Ecuador, «recibió golpes» durante la irrupción policial en la sede diplomática.
Por su parte, Benoni Belli, de Brasil, resaltó que su país «condenó públicamente, en los más firmes términos, la acción de las fuerzas policiales ecuatorianas en la Embajada mexicana en Quito», e indicó que «este hecho es un precedente peligroso e inaceptable» en momentos en los que más se precisa de la «diplomacia, el entendimiento y la tranquilidad para hacer frente a desafíos comunes, en particular la defensa de la democracia, la protección de los derechos humanos, la seguridad pública y la prosperidad» de los pueblos.
Incluso el representante de Argentina, Guillermo Daniel Raimondi, dijo que «la inviolabilidad de los locales diplomáticos, establecida en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, es taxativa y no contempla excepciones»; y agregó que su país entiende que «ninguna diferencia puede justificar la violación de un principio fundamental de las relaciones pacíficas entre Estados, como es la protección de la misión diplomática por parte del Estado receptor».
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, también se sumó a los rechazos. «No hay duda alguna de que las acciones emprendidas por las autoridades ecuatorianas contra la sede diplomática de México afectan gravemente los principios fundamentales del ordenamiento jurídico internacional», dijo al respecto.
«No podemos admitir que quede como precedente lo ocurrido en Quito», enfatizó Almagro, quien recordó lo sucedido en Uruguay en 1976, cuando, durante la dictadura cívico-militar, la Policía asaltó la Embajada de Venezuela en Montevideo para secuestrar a la maestra Elena Quinteros, quien buscaba refugio en ese lugar.
Por Uruguay, su representante, Alejandra Castineira Latorre, se enfocó más en el tema del asilo diplomático y señaló que el otorgamiento de este beneficio «no constituye un acto de enemistad con el Estado anfitrión, ni tampoco significa cometer injerencia en los asuntos internos de otros Estados», sino que «su énfasis se basa en la protección de derechos humanos esenciales».
Respaldo a México
Algunas de las delegaciones expresaron su solidaridad con México y su respaldo al presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador, en las acciones que emprenda en el ámbito internacional contra Ecuador.
Arce Zaconeta, por ejemplo, dijo que Bolivia «expresa su total y plena solidaridad al pueblo y al Gobierno de México, y manifiesta su expreso respaldo a las acciones jurídicas y jurisdiccionales que está tomando en defensa de su dignidad y soberanía, que en los hechos resulta, y resultará quizás, la defensa más importante del derecho internacional en los últimos tiempos».
El miércoles habrá otra sesión extraordinaria de la OEA, convocada a petición de las misiones permanentes de Colombia y Bolivia, con el propósito de tratar el tema de «la violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y su relación con la figura del asilo, así como las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano en Ecuador».
Fuente; Sputnik
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