Santo Domingo. El canciller Roberto Álvarez, aseguró que desde hace más de un año se están haciendo gestiones para que Estados Unidos reanude la Ley Hope/Help, un incentivo que permite exportar ropas producidas en Haití hacia los Estados Unidos.

“Hemos llevado a cabo una intensa campaña diplomática con el ejecutivo y congreso de EE.UU. desde hace más de un año, colaborando estrechamente con el sector privado más afectado por la terminación de las preferencias que otorgan estas leyes”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, respecto al término de las preferencias arancelarias que otorga Estados Unidos a Haití, mediante los programas de incentivos de las leyes Hope/Help.

Estas leyes llegaron a su fin el pasado 30 de septiembre, tras 20 años de beneficios, que permitía exportar ropas libre de impuestos a los Estados Unidos.

Estas declaraciones también han sido replicadas por el presidente de la empresa de zona franca Codevi, que opera el modelo de planta gemela en la comunidad de Juana Méndez, Dajabón, Fernando Capellán, quien dijo que tanto el Canciller Álvarez como el ministro de Industria, Comercio y Mipymes (Micm), Victor –Ito- Bisonó estaban trabajando para que se reanude la norma que lleva en ejecución 20 años.

Señaló que la Casa Blanca está a favor de que la legislación se pueda renovar, porque el término de ese programa no solo afecta al propio Estados Unidos, sino también a la cadena de suministro para USA.

Además de que la Ley Hope no tiene opositores en ninguno de los partidos, ni de los demócratas, ni de los republicanos.

La no renovación de estas leyes podría tener un efecto directo en miles de empleos y en la estabilidad económica de la zona fronteriza, donde la industria de zonas francas ha sido clave para impulsar el desarrollo binacional.

La interrupción de estas preferencias amenaza con frenar operaciones, desincentivar nuevas inversiones y agravar la ya crítica situación económica en Haití, con repercusiones directas para la seguridad y estabilidad regional.

El gobierno dominicano mantiene su compromiso con la reactivación del programa, apostando a que el apoyo político en Washington y la necesidad de mantener cadenas de suministro estratégicas para el mercado estadounidense pesen más que los desafíos burocráticos actuales.