El Salto de Babor, joya ecoturística de San Juan, se encuentra al borde del colapso ambiental. Esta emblemática cascada, admirada por su belleza y biodiversidad, sufre una devastadora degradación que amenaza su existencia como destino turístico y santuario ecológico. La deforestación descontrolada ha transformado este paraíso en un paisaje irreconocible, donde el agua cristalina ha sido reemplazada por un lodazal turbio. La pérdida de este tesoro natural no solo impacta la economía local, que depende del turismo sostenible, sino que pone en riesgo el delicado equilibrio ambiental de la región, afectando a comunidades y ecosistemas que dependen de su vitalidad.

La tala indiscriminada, impulsada por la producción de hornos calcineros y la extracción de madera, es la principal culpable de esta crisis. La erosión del suelo, acelerada por la desaparición de la masa boscosa, ha obstruido el río con sedimentos, asfixiando la vida acuática y alterando el flujo del salto. Imágenes compartidas por @ecoturismosanjuan reflejan la magnitud del desastre, mostrando un paisaje desolador que clama por acción inmediata. Organizaciones ecologistas y la comunidad exigen medidas urgentes: reforestación masiva, regulaciones estrictas contra la tala ilegal y campañas educativas. Sin una intervención decidida de las autoridades y un compromiso colectivo, el Salto de Babor podría convertirse en un triste recuerdo, privando a futuras generaciones de su legado natural.