En la era digital, las redes sociales se han convertido en una extensión de nuestras vidas. Pasamos horas desplazándonos por pantallas, consumiendo contenido que, en muchos casos, aporta poco o nada a nuestro crecimiento personal o colectivo. Este tiempo, mal invertido, contribuye al individualismo, la indiferencia y la desconexión con los problemas reales del país. Pero también es cierto que, bien utilizadas, las redes tienen un poder transformador.

Las plataformas digitales son herramientas valiosas para educar, concientizar, movilizar y construir ciudadanía. A través de ellas podemos compartir ideas, promover causas, participar en debates y ser agentes de cambio desde cualquier rincón. Crear ciudadanos digitales implica formar usuarios críticos, responsables y activos, capaces de generar contenido con propósito y usar su voz para el bien común.

Si queremos una mejor República Dominicana, debemos repensar el uso que damos a nuestro tiempo en línea. No se trata solo de entretenernos, sino de aportar. De convertir cada publicación en una oportunidad para construir, unir y transformar. Las redes son un reflejo de lo que somos… y pueden ser también el impulso de lo que queremos ser.