La República Dominicana lleva décadas enfrentando los mismos problemas estructurales sin soluciones sostenibles. Educación de calidad, servicios de salud dignos, energía confiable, seguridad ciudadana y un sistema de justicia eficiente, siguen siendo metas pendientes. Ante este panorama, se hace urgente y patriótica la creación de un Plan País, una hoja de ruta nacional, con visión de corto, mediano y largo plazo, que trascienda colores políticos y se enfoque en resolver al menos uno de los grandes desafíos que frenan nuestro desarrollo.

No se trata de promesas aisladas ni de improvisaciones coyunturales. Un Plan País implica diagnóstico serio, metas claras, presupuesto realista y voluntad de Estado. Resolver de forma definitiva, por ejemplo, la crisis energética o el colapso de los residuos sólidos, sentaría bases sólidas para el progreso integral del país. Pero para ello se necesita consenso nacional, participación ciudadana, seguimiento técnico y transparencia total.

La historia nos exige altura. No podemos seguir cambiando discursos cada cuatro años sin transformar realidades. Es tiempo de actuar con madurez y compromiso. Un pueblo que sueña con prosperidad merece una estrategia que no falle. ¡El momento de trazar un rumbo cierto es ahora!