En la República Dominicana, el crecimiento acelerado del parque vehicular ha desbordado las capacidades de nuestras infraestructuras viales, generando congestión, contaminación y altos niveles de siniestralidad. Frente a este escenario, se hace imperiosa la implementación de políticas públicas orientadas a la movilidad sostenible, que prioricen al peatón, al ciclista y al transporte colectivo. La modernización del sistema de transporte público, la creación de corredores integrados y la promoción de alternativas no motorizadas son pasos fundamentales para garantizar ciudades más habitables, seguras y eficientes.
Promover un transporte público digno y eficiente no solo mejora la calidad de vida de millones de dominicanos, sino que también fortalece la equidad social, al facilitar el acceso a oportunidades laborales, educativas y de salud. Es urgente que el Estado impulse un cambio de paradigma donde se desincentive el uso indiscriminado del vehículo privado, y se premie la movilidad inteligente y responsable. La sostenibilidad urbana no es una opción, es una necesidad inaplazable para construir un futuro con bienestar colectivo y desarrollo real.
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