Brasil se enfrenta a una nueva ola migratoria desde Venezuela tras el controvertido resultado electoral de Nicolás Maduro, lo que ha encendido las alarmas en las autoridades. De acuerdo con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), después de las elecciones del 28 de julio, las solicitudes de asilo de ciudadanos venezolanos han aumentado en un 25%, alcanzando las 1.907 peticiones.
En la ciudad fronteriza de Pacaraima, un albergue gestionado por una iglesia católica proporciona asistencia esencial a los migrantes venezolanos. Las escenas muestran a varias familias recibiendo alimentos en contenedores y comiendo en las calles. Entre ellos, niños pequeños, como uno sentado en la acera, compartiendo una comida que representa un alivio temporal en medio de su complicada situación.
Luis Moya, un migrante venezolano, manifestó su gratitud: «Llevo dos semanas aquí, ya he procesado los documentos gracias a Dios. Ya estoy alquilando y trabajando, gracias a Dios».
Por otro lado, Macie Baduani, educadora venezolana de 41 años, compartió su desilusión tras las elecciones en Venezuela: «Fue la mayor decepción para todos, no solo para mí. Muchos venezolanos sentimos que fue una causa de depresión; muchos lloramos. Nos vimos obligados a salir, lo hicimos por el futuro de nuestros hijos. Por eso estamos aquí, todos estamos aquí por el futuro de nuestros hijos».
El esfuerzo de los voluntarios del refugio se refleja en cada entrega de alimentos, brindando esperanza y un respiro a aquellos que han dejado su país en busca de una vida mejor.
En agosto, la ciudad de Pacaraima, principal punto de entrada al estado brasileño de Roraima, acogió a 11.325 nuevos migrantes, un incremento considerable en comparación con los 8.477 del mes anterior. Además, 4.393 personas solicitaron residencia en Brasil, lo que supone un aumento del 9%.
Quienes llegan reciben vacunas en el puesto sanitario, y luego son conducidos a una revisión inicial antes de ser invitados a una charla impartida por agencias de la ONU para explicarles la diferencia entre el estatus de refugiado y el de residente temporal, según informó el coronel Fabrício da Silva Gonçalez al diario O Globo. Este procedimiento es parte de la operación «Acolhida» (Bienvenida), creada por el gobierno brasileño en 2018 para gestionar esta crisis.
A pesar del aumento en el flujo migratorio, las autoridades brasileñas aseguran que la situación está bajo control a lo largo de los más de 2.000 kilómetros de frontera. Sin embargo, la plataforma R4V, que reúne a más de 200 organizaciones, advirtió sobre el deterioro de las condiciones para los migrantes venezolanos.
Un informe de R4V revela que 2,2 millones de venezolanos no tienen estatus legal, y el 61,4% de los encuestados señalaron una necesidad urgente de integración. Además, el 57,3% mencionó problemas de vivienda, y el 54,4% pidió mayor protección.
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) informó que, debido a la migración venezolana, 7.331 personas residen actualmente en albergues para grupos vulnerables en el estado de Roraima, lo que representa el 30% de las 24.110 personas en esta condición en todo Brasil.
Lula se compromete a gestionar el aumento de migrantes venezolanos con «responsabilidad» y «respeto»
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este miércoles que gestionará el aumento de migrantes venezolanos con «mucha responsabilidad» y «respeto», tras detectarse un incremento en la frontera después de las elecciones presidenciales en Venezuela.
«El Gobierno federal tiene la obligación de ayudar a cuidar de estas personas. No queremos que lleguen aquí y sufran más de lo que ya sufrían en Venezuela», declaró el mandatario en una entrevista con Rádio Norte FM.
Lula expresó su esperanza de que «Venezuela vuelva a la normalidad» y que esas personas «puedan regresar a su país lo antes posible». Mientras tanto, prometió asegurarles una acogida digna.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ha recibido instrucciones claras de la Presidencia para tratar a los migrantes que llegan a Brasil con el máximo respeto. Lula subrayó la importancia de tratar bien a los migrantes venezolanos que ingresan al país por el estado de Roraima, uno de los más pobres de Brasil.
El presidente adelantó que planea visitar Roraima junto a varios de sus ministros para abordar la situación de los miles de venezolanos que se encuentran en Brasil «con responsabilidad y respeto».
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