La capacidad del Estado Dominicano para implementar políticas públicas efectivas radica en su habilidad para clasificar adecuadamente las prioridades que afectan al bienestar de su población. En un contexto donde los recursos son limitados y las demandas sociales son crecientes, es esencial que las autoridades reconozcan la diferencia entre lo urgente, lo necesario y lo imprescindible. Lo urgente se refiere a aquellas acciones que requieren atención inmediata, como la atención a crisis sanitarias o desastres naturales, que, si no se abordan rápidamente, pueden tener consecuencias devastadoras para la ciudadanía.

Por otro lado, lo necesario implica políticas que, aunque no sean de atención inmediata, son fundamentales para el desarrollo sostenible del país. Esto incluye inversiones en infraestructura, educación y salud, que, si bien pueden no requerir una respuesta instantánea, son esenciales para mejorar la calidad de vida a mediano plazo. En este sentido, es crucial que el Estado adopte un enfoque proactivo, anticipándose a las necesidades futuras mediante la planificación y la inversión en sectores que generen un impacto positivo en la sociedad.

Finalmente, lo imprescindible se refiere a aquellas políticas que son vitales para garantizar el bienestar a largo plazo de la nación. Esto abarca la creación de un marco institucional sólido, la promoción de la justicia social y la protección del medio ambiente. Estas iniciativas deben ser vistas como pilares sobre los cuales se construirá el futuro del país. Al diferenciar claramente entre lo urgente, lo necesario y lo imprescindible, el Estado Dominicano no solo podrá responder de manera efectiva a las crisis actuales, sino también sentar las bases para un desarrollo inclusivo y sostenible que beneficie a las generaciones venideras.