48.32% del territorio no protegido de la cuenca de la presa de Sabaneta, comprometido por concesiones mineras.

La protección de las cuencas altas de los ríos de la república dominicana, mas que una aspiración o capricho, es un mandato constitucional citado en el párrafo único del artículo 15 de la carta magna, donde se asigna responsabilidad directa a los poderes públicos para que procedan a su protección especial a fin de garantizar su gestión y preservación como bienes fundamentales de la nación y respaldado en los artículos 85 y 86 de la ley 64-00. Contrario a ello, se han otorgado varias concesiones de exploración minera en toda la vertiente Sur de la cordillera central, precisamente cuando debió existir una ley declarando toda el área productora de agua como zona de Protección Especial, en cumplimiento a la constitución y respetando la citada ley, que existían con anterioridad al otorgamiento de las mencionadas concesiones.

La gravedad del caso se confirma con los datos precisos sobre los niveles de riesgos ambientales y sociales para el amplio sitio y a todo el entramado hidrológico natural de allí, dado que solo nueve de las concesiones otorgadas suman 12,417.75 Hectáreas mineras. Éste dato nos lleva a la conclusión de que esas concesiones abarcan 124.17 Km², donde se compromete el 26.76 % del total de la cuenca de la presa de Sabaneta y el 48.32 % de los 257 Km² del territorio no protegido allí por la ley 202-04, lo que también representa una amenaza de destrucción inminente para la Presa de Sabaneta, obra hidráulica construida sobre el río San Juan; activo económico y social del país, que garantiza la producción de alimentos en el Valle; que tiene su mayor importancia en abastecer del preciado líquido a mas de 265,000 consumidores directos y suplir para riego a mas de un millón de tareas de tierra, de las cuales mas de 450, 000 están en el valle de San Juan.

El rio San Juan es la única opción para suplir las demandas de agua a la población y para otros usos, mientras que el enorme consumo de agua que requiere la actividad minera generalmente trae consigo situaciones de dificultades severas para servir el agua a las poblaciones; reduce el nivel freático del lugar, llegando a secar arroyos y manantiales; produce cambios significativos y severas alteraciones en los valores piezométricos; se crean agrietamientos subterráneos por voladuras; el agua superficial y de acuíferos suele terminar contaminada por químicos y el drenaje ácido, ya que el agua de contacto minero y las pequeñas partículas de metales pesados se separan de los relaves, filtrándose en el suelo e integrándose en los cursos de agua de consumo humano y animal, acarreando situaciones de salud humana y ambiental, muchas veces sin soluciones.
Finalmente, si comparamos las 840, 000 onzas de oro declaradas en Romero, para ser extraídas en un proyecto que tardaría de 8 a 10 años, con 130,000 onzas (en Promedio) que cada año exporta Barrick Gold desde Cotuí, nos damos cuenta de que, mediante la minería, San Juan tiene 24 % menos de posibilidades de desarrollo económico que Sánchez Ramírez, que tampoco se ha podido desarrollar económicamente, a pesar de lo que se ha extraído de allí. a LoS Sanjuaneros nos puede salir mas cara la sal que el chivo!

SIN ORO SE VIVE; SIN AGUA TE MUERES!
Ing. Filemón Batista T.